Juzgando Juicio Justo II
(Día 5—FDT)
Fred R. Coulter—2 de octubre, 2015
www.IglesiaDeDiosCristianaYBiblica.org
¡Saludos, hermanos! ¡Bienvenidos al quinto día de la Fiesta de Tabernáculos! Esta ha sido una Fiesta maravillosa, y hemos estado entendiendo cosas que necesitamos saber para los tiempos en los que estamos viviendo.
En estos tiempos nosotros podemos aprender para qué necesitamos estar preparados— para que cuando Jesús regrese a establecer el gobierno de Dios y nos dé nuestras asignaciones— podamos tener más entendimiento siendo seres espirituales.
Sin embargo:
· Tenemos que desarrollar el carácter ahora
· Tenemos que desarrollar el entendimiento ahora
Tenemos toda la Palabra de Dios, y necesitamos:
· Aplicarla en nuestras vidas lo más que nos sea posible
· Crecer lo más que podamos en gracia y en conocimiento
…desde ahora y hasta que regrese nuestro Señor Jesucristo.
Recuerden que: Dios les va a dar el gobierno a Sus santos, y por eso es tan importante que juzguemos juicio justo.
En la primera parte terminamos con el ejemplo de Job—así que repasemos un poco las cosas que a él le faltaban. Recuerden que todo lo que vimos fue en base a su juicio y elecciones.
1. Quizá Job pensó que podía salvar a sus hijos e hijas; pero ¡No sucedió!
2. Pensó que su justicia era más grande que la de Dios; pero ¡Eso es imposible!
Estos dos juicios son muy serios y defectuosos. Sus tres amigos que vinieron a ‘consolarlo’, no pudieron ver cuál era su problema. Ellos creían que si una persona se mete en dificultades como las que Job estaba pasando, entonces era porque había pecado y algo había hecho mal.
Pero este pecado de Job estaba escondido de ellos—porque no entendían que Job no le había dado todo el crédito a Dios por las cosas que él había hecho. Al no hacerlo, Job juzgó que él era tan bueno como Dios, y tenía una actitud de: ‘mira lo maravilloso que soy; mira lo obediente que soy; mira todas las obras que he hecho.’ ¿Puede Dios hacer más que eso? ¡Sí! ¡Dios puede hacer mucho más! Y Él en Su bondad guio a Job al arrepentimiento a través de ese castigo.
Entonces, ¿Cuándo debemos juzgar? Veamos cuál es el tipo de juicio que debemos hacer. Aquí hay una sección del Nuevo Testamento que muchas personas utilizan para decir que no debemos juzgar:
Mateo 7:1, en muchas traducciones dice: ‘No juzguéis,’ o ‘No juzguéis a otros, para que tú mismo no seáis juzgado.’ La diferencia es que este es un juicio hacia condenación; o el equivalente a dictar una sentencia. ¿Cuál es la diferencia entre juicio y sentencia?
· El juicio está basado en hechos, es una evaluación apropiada de las circunstancias
· Sentenciar es juzgar los pensamientos y el corazón de una persona, lo cual nadie puede hacer.
Esto también puede referirse a reaccionar emocionalmente, lo cual nos impide hacer un juicio correcto. Debemos tener todos los hechos.
Veamos una de las primeras cosas que necesitamos hacer, Mateo 7:2: “Porque con el juicio con que juzgan, ustedes serán juzgados; y con la medida con que miden, será medido otra vez a ustedes.” Cada vez que señalamos a alguien para condenar, debemos mirar los dedos que apuntan de vuelta hacia nosotros.
Aquí está uno de los errores más grandes—que también fue uno de los errores de Job:
Verso 3: “¿Entonces por qué miran la astilla que está en el ojo de su hermano, pero no perciben la viga en su propio ojo?” Esto es interesante si lo aplicamos al caso de Job. Job tenía una gran viga saliéndole de los ojos; no podía ver que al que estaba acusando era Dios… Y por lo tanto, hizo un juicio incorrecto.
Lo mismo pasa cuando les ayudamos a otros a entender algo—porque cada vez que hacemos un juicio— necesitamos considerarnos a nosotros mismos. Veamos qué era exactamente lo que Job estaba haciendo, y cómo el juicio de los hombres contra Dios no cambia a Dios.
Romanos 3:3: “¿Porque qué si algunos no creyeron?...” Créanle a Dios; crean en Su Palabra. Si usted no cree, entonces ¡Está haciendo una elección! ¡Está emitiendo un juicio! Recuerden que nada se hace al azar; todo trabaja conjuntamente.
“… ¿Su incredulidad nulificará la fidelidad de Dios?” (Verso 3). ¡NO! ¡Nuestra incredulidad no cambia a Dios! ¿Acaso cambió a Dios el hecho de que Job creyera que era tan bueno como Él? ¡No, no lo hizo! Entonces, Pablo responde a esa pregunta:
Verso 4: “¡DE NINGUNA MANERA! Antes bien, sea Dios veraz pero todo hombre mentiroso…” A veces las mentiras pueden llevar algo de verdad, y las malas interpretaciones pueden encubrir mucha verdad. Eso es lo que Job estaba haciendo; ¡Se estaba mintiendo a si mismo!
“…exactamente como está escrito: ‘Que Tú puedas ser justificado en Tus palabras, y puedas vencer cuando estás siendo juzgado por hombres’” (verso 4). Eso es exactamente lo que Dios hizo con Job. Él corrigió a Job; corrigió a sus tres amigos, y le dio crédito a Eliú—quien habló la Verdad de Dios.
Lo mismo aplica para nosotros cuando estamos en situaciones en las que tenemos que emitir juicios. ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Consideramos nuestros errores primero? Eso es lo que Mateo 7 nos está mostrando, y es una gran lección para nosotros.
Mateo 7:4: “¿O cómo dirán a su hermano, ‘Permítame remover la astilla de su ojo’; y he aquí, la viga está en su propio ojo? Ustedes hipócritas…” (Versos 4-5).
Eso es lo más importante que debemos tomar en cuenta al momento de hacer juicios. I Corintios 11:31 dice que si nos juzgamos a nosotros mismos correctamente con la Palabra de Dios, entonces no seremos juzgados por Dios. Miren todos los problemas que Job se pudo haber ahorrado si hubiera hecho esto.
Verso 5: “Ustedes hipócritas, primero echen la viga de su propio ojo, y entonces verán claramente para remover la astilla del ojo de su hermano.” Este era el problema de los escribas y fariseos.
Ellos estaban haciendo exactamente lo mismo que Job, pero noten lo que Jesús les dijo. Esto es lo que sucede cuando uno se enfoca en las cosas físicas; en hacer críticas y juicios incorrectos; y en exaltarse a sí mismo en auto justicia. Los escribas y fariseos hacían todas estas cosas, y por eso fueron llamados ‘hipócritas.’ Jesús nos dice que somos hipócritas si condenamos o tratamos de corregir a otras personas, cuando nosotros estamos haciendo lo mismo. ¡Piensen en eso un momento!
¿Recuerdan lo que sucedió con el rey David? Natán fue y le contó el caso del hombre rico que tomó la oveja del hombre pobre, y David se enojó mucho (resuelto a solucionar el problema). Entonces Natán le dijo a David: ‘¡Tú eres ese hombre!’ David estaba siendo hipócrita ¿no? ¡Sí!
La verdad es que uno sólo puede esconderse de sus pecados durante cierto tiempo—porque como dice en números 32:23: ‘Ten por seguro que tus pecados te descubrirán.’
Vayamos a Mateo 23:23 (aunque les recomiendo que lean todo el capítulo por su cuenta): “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!...” Santurrones fingidos. Ellos estaban haciendo lo mismo que Job:
“…Porque pagan diezmos de menta y anís y comino, pero han abandonado lo más importante de la ley—juicio, y misericordia y fe. Éstas ustedes estaban obligados a hacer, y no dejar las otras sin hacer” (verso 23) ¡Increíble!
¡Deténganse y piensen en esto! Si usted condena a otra persona (porque la condenación es un juicio) y usted mismo está haciendo eso que condena… entonces considérese compañero de los escribas, de los fariseos, y de Job.
Veamos qué más les dijo Jesús. En Lucas 11 Él vuelve a explicarles lo mismo—y éste era un problema tremendo porque ellos pensaban que eran justos.
Lucas 11:39: “Entonces el Señor le dijo, “Ahora, ustedes fariseos limpian el exterior de la copa y del plato, pero adentro están llenos de avaricia y maldad.” Cuando eso sucede y nuestras vidas están mal encaminadas, no podemos hacer juicios justos tratando de fingir que somos buenos ¡cuando no lo somos!
Entonces, Jesús les dice en el verso 40: “Tontos…” [O la palabra griega que en español es: ¡imbécil!]… ¿No hizo Él Quién hizo el exterior también el interior? Más bien, den dádivas de las cosas que están adentro; y he aquí, todas las cosas son limpias a ustedes. ¡Pero hay de ustedes, fariseos! Porque pagan diezmo de menta y ruda y toda hierba, pero pasan por alto el juicio y el amor de Dios…” (Versos 40-42).
¿Cuántas veces hemos visto situaciones en las que el amor de Dios es ignorado por completo? Porque el juicio justo viene de Dios; Dios es perfecto; Dios es amor, y el juicio tiene que basarse en:
· La verdad
· Justicia
· Bondad
…para llegar a una solución apropiada.
Miren cómo son algunos de los políticos y personas reconocidas que se supone que son los organizadores de la comunidad. Ellos son lo más corruptos que pueden ser, condenan a todos los demás por las cosas que hacen, y aun así ¡no aceptan críticas!
Romanos 14 es muy difícil de entender en la versión Reina Valera. Muchos se pierden el punto principal de ese capítulo, porque habla sobre discusiones y cuestiones divisivas entre vegetarianos y no-vegetarianos. Los vegetarianos tienden a ser muy auto-justos, y piensan que son muy buenos porque no comen carne (aunque algunas personas son vegetarianas por necesidad y no por gusto). Por otra parte, los que comen carne dicen: ‘Miren a esas personas, no saben de lo que se pierden.’ Aquí en Romanos 14 había un problema, y no tiene nada que ver con guardar el sábado o el domingo.
Romanos 14:10: “Ahora entonces, ¿porque juzgan a su hermano? ¿O porque desprecian a su hermano? Porque todos nosotros estaremos de pie delante de la silla de juicio de Cristo… [Ninguno de nosotros estamos en el lugar de Cristo]…Porque está escrito, ‘Porque como Yo vivo,’ dice el Señor, ‘toda rodilla se doblará a Mí, y toda lengua confesará a Dios.’” Así entonces, cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo a Dios. Por tanto, no deberíamos juzgar más el uno al otro, sino juzgar más bien esto: No pongan una ocasión de tropiezo o una causa de ofensa delante de su hermano” (versos 10-13).
Ellos estaban discutiendo sobre comida. Estaban discutiendo acerca de qué comer, qué beber y demás.
Verso 15: “Pero si, por causa de carne, su hermano es ofendido, ustedes ya no están caminando de acuerdo al amor. Con su carne, no destruyan a aquel por quien Cristo murió.”
Esta es una fuente de muchas disputas entre miembros de la iglesia, y es por eso que debemos volver a donde empezamos— al mensaje de bienvenida a la Fiesta. Hagamos de ésta una Fiesta en la que nos amemos unos a otros. Que nuestro juicio sea el de amarnos unos a otros, en lugar de criticarnos unos a otros.
Verso 16: “Por tanto, no dejen que su bien sea blasfemado. Porque el reino de Dios no es asunto de comer y beber; más bien, es justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (versos 16-17). Pablo tenía los mismos problemas que nosotros tenemos ahora, porque la naturaleza humana no ha cambiado.
Verso 18: “Porque aquel que sirve a Cristo en estas cosas es bien agradable a Dios y aceptable entre hombres. Así entonces, deberíamos perseguir las cosas de paz y las cosas que edifican uno al otro” (versos 18-19).
Noten la advertencia de Pablo, porque esto también ha pasado muchas veces entre los miembros de la iglesia.
Verso 20: “No destruyan la obra de Dios por amor a la carne…” Y ¿De qué obra de Dios está hablando Pablo? ¡De la obra que Dios está haciendo en cada uno de nosotros! Nosotros podemos destruir la obra que Dios está haciendo en una persona por medio de discusiones carnales… así como cuando juzgamos y condenamos a esa persona. Cuando eso sucede, nosotros no estamos expresando amor y preocupación hacia ese individuo.
· ¿Y qué si no comen?
· ¿Y qué si son vegetarianos?
· ¿Y qué si comen carne?
¡No hace ninguna diferencia! Esas son cosas de preferencia personal, y Dios quiere que tomemos nuestras propias decisiones al respecto.
“…Todas las cosas que son legales son ciertamente puras; pero es una cosa mala para alguien causar una ocasión de tropiezo a través de su comer. Es mejor no comer carne, o beber vino, o cualquier otra cosa por la cual su hermano tropiece, o sea ofendido, o sea debilitado. ¿Tienen fe?...” (Versos 20-22). Pablo está diciendo que no seamos presumidos.
“…Ténganla para ustedes mismos delante de Dios. Bendito es aquel que no se condena a sí mismo en lo que aprueba” (verso 22). Pero sepan esto: Lo que sea que usted haga en esas cosas físicas debe hacerlo por fe. Si no lo hace por fe, es pecado.
Veamos algo todavía más trascendente que ocurre cuando tenemos esta clase de juicio. Veamos a lo que esto puede llegar— si no tenemos juicio justo basado en amor. Algo muy importante que nos ayuda a no cometer errores tontos es: ¡Tener paciencia! Y eso significa decidir no corregir a alguien. En lugar de eso ore, y pídale a Dios que le ayude a esa persona para que pueda resolver su problema. ¡Dios lo va a ayudar! ¡Tenga paciencia! ¡Dé tiempo y espacio! …para que no haga lo que escribió el apóstol Santiago en Santiago 4. Todo eso viene de la lujuria y de la carnalidad—y es un problema tener eso en la Iglesia.
Santiago 4:6: “Pero Él da mayor gracia. Esta es la razón por la que dice, ‘Dios se coloca a Si mismo contra el orgulloso, pero da gracia al humilde.’”
· ¿No es eso lo que hizo con Job?
· ¿No es eso a lo que Job se enfrentó?
· Y sin embrago, ¿Lo corrigió Dios en misericordia?
· ¡Así es!
¿Recuerdan quién fue el que habló por Dios? ¡Eliú! ¡Eso fue por la gracia de Dios! Y ¿De dónde vienen este tipo de cosas?...
Verso 7: “Por tanto, sométanse ustedes mismos a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, ustedes pecadores, y purifiquen sus corazones, ¡ustedes de doble mente!” (Versos 7-8).
Ser de doble mente es lo mismo que ser hipócrita. ¿Ven lo importante que es esto? Vean lo importante que va a ser cuando juicio nos sea dado a nosotros; cuando venga el Reino de Dios y se nos den nuestras asignaciones. Dios quiere que enseñemos, que juzguemos y que sirvamos. ¡Piensen en eso!
Verso 9: “Aflíjanse y lamenten y lloren; su risa sea convertida en aflicción, y su gozo en lamento. Humíllense a sí mismos delante de Dios, y Él los exaltará” (versos 9-10).
Y presten atención a lo siguiente— porque esto describe plenamente lo que hizo Job, y lo que hacen todos los hipócritas como los escribas y fariseos:
Verso 11: “Hermanos, no hablen uno en contra de otro. Aquel que habla en contra de un hermano, y juzga a su hermano, está hablando contra la ley…” Eso es contrario a:
· El amor
· La verdad
· Juicio justo
…porque usted no tiene todos los hechos. En la tercera parte vamos a ver los 17 puntos sobre el juicio justo.
“…y está juzgando la ley… [Aunque no para ahí; aquí tenemos todo lo que hizo Job]…Pero si usted juzga la ley, no es hacedor de la ley; sino, un juez. Pero hay solo un Legislador…” (Verso 11). Dios es el verdadero Legislador. Y ¿Qué sucede cuando usted?:
· ¿Hace un juicio incorrecto?
· ¿Juzga contrario a las Escrituras?
· ¿Condena a otra persona?
· ¿Habla de otra persona?
· ¿No está orando por ese individuo?
Si hace estas cosas, ¿No está usted haciendo lo mismo que Job? ¡Usted se está sentando en el asiento de Dios!
Verso 12: “Pero hay solo un Legislador, Quien tiene el poder para salvar y para destruir. ¿Quiénes son ustedes que presumen juzgar a otro…” ¡Con el juicio de Dios, hacia condenación!? Esto es algo muy fuerte y drástico porque:
· ¿Cómo podemos obtener la vida eterna, SI no aprendemos juicio justo?
· ¿Cómo podemos obtener la vida eterna, SI estamos hablando hipócritamente de otras personas, y condenando a otros sin saber los hechos?
· ¿Sin entender nada?
Cuatro Pasos para Corregir un Problema dentro de la Iglesia:
1. Primero ore por la situación. No emita su juicio y corrección inmediatamente.
Juan escribió que si usted ve a un hermano cometer un pecado no hacia muerte, ¡Ore por el! (I Juan 5). No lo atropelle y corrija en su auto justicia, sino ore para que Dios trate con él y lo lleve al arrepentimiento. Así que, ¡primero ore por eso!
¿Qué pasa si usted tiene un problema con alguien, que realmente necesita solucionar? Cuando suceden estas cosas, casi siempre hay actitudes incorrectas en ambos lados. Jesús nos dijo qué hacer (en Mateo 18).
2. Si usted tiene algo contra alguien, vaya usted sólo con esa persona y soluciónenlo ante Dios. Que haya paz frente a frente.
Jesús no dijo que fuera con sus amigos a hablar del problema—pero eso es lo que hacen muchas personas. Eso es contrario a la Palabra de Dios. ¡Vaya en persona y resuélvalo! Y una vez que quede resuelto… ¡olvídese del asunto! Que haya paz.
3. Si eso no funciona, el siguiente paso es llevar a una o dos personas con usted, para que en la boca de dos o tres testigos se establezca cada palabra.
Yo diría que el 90% de los problemas se resuelven en el segundo paso:
Ø Primer Paso: Ore al respecto
Ø Segundo Paso: Vaya con la persona, a solas
Ø Tercer Paso: Lleve a una o dos personas con usted.
Eso debería resolver casi todo.
Miren lo importante que esto es para:
· Mantener la paz
· Mantener el amor
· Mantener la auto-examinación de las actitudes e intenciones (del corazón)
…de las personas involucradas.
Cristo prometió que Él estaría en cualquier reunión de este tipo para que las cosas se puedan resolver.
4. Venir ante la Iglesia. Yo nunca he visto que esto pase, pero podría suceder.
Veamos lo que Pablo dijo que hiciéramos; veamos cómo la Iglesia en Corinto solucionó un grave problema (que en parte nos conduce hacia el enfoque de la Pascua). Este fue un pecado terrible que todos conocían… pero que nadie estaba dispuesto a solucionar. Para estas alturas el problema ya se les había salido tanto de las manos, que nadie pudo hacer un juicio correcto. Nadie podía sacar el tema, y Pablo describe cómo era la atmósfera por no haberse encargado del pecado. Asimismo, Pablo también les explica lo que debían hacer… y cómo debía resolverse si es que llegaba al cuarto paso (con la Iglesia).
I Corintios 5:1: “Es comúnmente reportado que hay inmoralidad sexual entre ustedes, y tal inmoralidad como no es incluso nombrada entre los gentiles—permitiendo a uno tener la esposa de su propio padre.” Al parecer, una segunda esposa; probablemente su madrastra.
Verso 2: “Ustedes están inflados en lugar de dolerse…” Porque eso era lo que debían hacer. Ellos estaban “…inflados…” con una actitud de: ‘Nosotros amamos; y no podemos juzgar a esa persona ni decir algo en contra de él o de ella.’ Esa es una forma pasiva de no hacer un juicio correcto.
Usted podría hacer un juicio agresivo—pero eso no está bien. Por otra parte, si usted acepta las cosas de forma pasiva (porque tiene miedo de hacer un juicio) ¡Entonces sólo empeora las cosas! Ya verán que eso es cierto en muchas circunstancias.
“…para que quien hizo este acto pudiera ser sacado de en medio suyo. Porque yo ciertamente, estando ausente en cuerpo pero presente en espíritu, ya he juzgado como si estuviera presente a quien tan vergonzosamente ha cometido este acto maligno” (versos 2-3).
Aquí está la solución: Cuando hay un problema que se tenga que llevar ante la Iglesia, el anciano o el ministro tiene que preparar la reunión, y traer a todos los involucrados. Primero tiene que haber una discusión al respecto, y después se toma una decisión. Como ellos no hicieron lo que debieron haber hecho, Pablo tuvo que tomar esta medida para corregir la situación.
Verso 4: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, cuando ustedes estén reunidos, y mi espíritu, junto con el poder de nuestro Señor Jesucristo entreguen al tal a Satanás para la destrucción de la carne, para que el espíritu pueda ser salvo en el día del Señor Jesús. Su jactancia no es buena. ¿No saben que un poco de levadura leuda la masa entera?” (Versos 4-6). Después comienza a hablar sobre la Fiesta de Panes sin Levadura.
Uno puede tomar esto y aplicarlo de distintas maneras. Esos son los cuatro pasos para corregir un problema dentro de la Iglesia, y quiero que se detengan para que piensen en la historia de la Iglesia de Dios:
· ¿Habían grandes pecados?
ü ¿Pecados sexuales?
ü ¿Pecados monetarios?
ü ¿Pecados jerárquicos?
· Cometidos por varias personas y ministros
· ¿No terminaron siendo hipócritas como los escribas y fariseos, porque no los resolvieron?
· ¡Sí, por supuesto!
Y ¿Qué sucedió? ¡Dios tuvo que destruir y esparcir a esa Iglesia! Pero aun así eso no resolvió el problema… ¡Porque las personas no juzgaron justamente! ¡Por eso el juicio justo es tan importante!
La Iglesia va a juzgar a los ángeles. No me pregunten cómo va a funcionar eso, porque eso no va a suceder hasta que resucitemos y seamos seres espirituales. Ni siquiera sé lo que significa juzgar a los ángeles. La única manera de descubrirlo, es llegando a la resurrección. ¡Esa es la única forma! Aquí hay algunas otras cosas que estaban haciendo los corintios; en lugar de solucionar los problemas de la manera correcta:
I Corintios 6:1: “¿Osa alguno entre ustedes que tiene un asunto en contra de otro ir a una corte judicial ante los injustos, y no ante los santos? ¿No saben que los santos juzgarán al mundo? Y si el mundo debe ser juzgado por ustedes, ¿son ustedes indignos de los juicios más triviales?” (Versos 1-2).
¡Qué situación! ¿No? Ustedes ya han oído mucho sobre la Iglesia de los Laodiceanos, pero ¿Qué hay de ahora? ¡Se parece más a la Iglesia de los corintios!
Verso 3: “¿No saben que juzgaremos ángeles? ¿Cuánto más entonces las cosas de esta vida? Así entonces, si tienen juicios respecto a las cosas de esta vida, ¿por qué designan como jueces a aquellos que no tienen reputación en la Iglesia?” (Versos 3-4).
¡Qué terrible! Ponían a la persona menos calificada para sentarse a dar juicio. ¡Esos eran disparates! Recuerden dónde empezamos la primera parte—en Proverbios 2. Usted tiene que obtener:
· Conocimiento
· Entendimiento
· Discernimiento
· Juicio
· Sabiduría
Pero ellos no lo aplicaban aquí.
Verso 5: “Esto lo digo para su vergüenza. ¿Es acaso porque no hay un hombre sabio entre ustedes, ni siquiera uno, que sea capaz de decidir entre sus hermanos? En cambio, un hermano va a una corte judicial con su hermano, y esto ante incrédulos. Entonces por tanto, hay del todo un error absoluto entre ustedes, que tengan demandas unos con otros. ¿Por qué no más bien sufren el daño? ¿Por qué no mejor ser defraudado? En cambio, ustedes están haciendo daño y defraudando, y le están haciendo estas cosas a sus hermanos. ¿No saben que el injusto no heredará el reino de Dios?...” (Versos 5-9).
Si nosotros no aprendemos a hacer juicios justos (o no entendemos cómo emitirlos), ¿Saben dónde vamos a estar? Tenemos que entender la manera en que Dios ve todo esto; tenemos que entender que ¡Dios está juzgando a la Iglesia ahora! Y que ésta es nuestra etapa de calificación para la vida eterna. Podemos estar agradecidos de que Dios es Quien está juzgando—porque Él juzga el corazón y la mente, y Él conoce las circunstancias.
Recuerden cuántas veces he dicho que Dios juzga al mundo entero todo el tiempo, ¡Cada día! ¿Creen ustedes que Dios juzga nuestras vidas todo el tiempo, todos los días? Nosotros tenemos el Espíritu de Dios y debemos elegir la verdad. Si nos juzgamos a nosotros mismos, nos arrepentimos, vencemos, y le pedimos a Dios de Su Espíritu de amor y Verdad… ¿No creen que eso le será agradable?
Noten que el ser cristiano no es algo fácil. ¿Por qué? ¡Porque debemos edificar el carácter espiritual para la vida eterna, lo más que nos sea posible, antes de la resurrección!
I Pedro 4:17: “Porque el tiempo ha venido para comenzar el juicio con la familia de Dios; y si primero comienza con nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen el evangelio de Dios?” ¡Piensen en eso! Nosotros pensamos que eso se aplica a todos los que están fuera de la Iglesia, pero:
· ¿Hay personas dentro de la Iglesia que no obedecen el Evangelio?
· Si nosotros nos juzgamos carnalmente unos a otros, ¿No es eso desobedecer el Evangelio?
En los Evangelios, ¡Jesús nos dijo cómo resolver estas cosas!
“…si primero comienza con nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen el evangelio de Dios? Y si los justos son salvos con mucha dificultad, ¿que vendrá a ser del impío y el pecador?” (Versos 17-18). ¡Necesitamos pensar en eso!
¡Por eso es tan importante que juzguemos juicio justo!
(Pase a la siguiente pista)
Después de la Fiesta, les vamos a enviar un folleto titulado: ¡Juzgando Juicio Justo! No va a ser un transcrito de lo hemos hablado aquí, sino que va a cubrir todas las cosas que estamos viendo en esta Fiesta de Tabernáculos. Entendamos lo que es un juicio:
Del folleto Juzgando Juicio Justo, voy a leerles lo siguiente:
“Un juicio es una decisión o conclusión, basada en la intención espiritual de las leyes, los estatutos, y los juicios de Dios, donde la voluntad puede o no estar específicamente declarada.” Cuando se requieren juicios oficiales, aquel que está haciendo tales juicios, debe estar calificado—de acuerdo a los estándares que Dios ha establecido—para aclarar, decidir, y resolver una controversia.
Emitir un juicio puede ser algo crucial, que muchas veces tiene consecuencias duraderas y de gran alcance.
Piensen en esto en relación a las cosas que han sido juzgadas en distintas cortes… y en la misma Suprema Corte de los Estados Unidos. Miren lo que ha sucedido con todas las leyes que van en contra de la Palabra de Dios. Éstas han provocado que el juicio de Dios venga sobre nosotros, porque no seguimos la Biblia y no hicimos el juicio correcto desde el principio en base a las leyes de Dios.
Cristo dijo, “Juzguen juicio justo.” Y el juicio justo y piadoso es realmente la primera extensión del amor. La Biblia declara, “Dios es amor.” También dice que “Dios es Juez” y que “todos aparecerán ante el tribunal de Cristo.” El juicio justo sólo puede estar basado en el AMOR A DIOS y el AMOR AL PRÓJIMO. Es imposible tener amor sin juicio—o ¡tener juicio sin amor! Este es el fundamento básico y absoluto para juzgar juicio justo.
Entonces, examinemos el sistema de jueces que Dios estableció en el Antiguo Testamento—empezando con las calificaciones para ser juez.
En Éxodo 18 vemos una situación en la que Moisés se estaba ‘matando’ a sí mismo, porque él estaba haciendo todos los juicios. Después su suegro le da buenas instrucciones de cómo establecer jueces, y dejar que ellos se encargaran de los asuntos pequeños. Lo que vamos a ver aquí, es que ellos tenían un sistema de jueces prácticamente igual al sistema de jueces que tenemos en los Estados Unidos.
Éxodo 18:17: “Y el suegro de Moisés le dijo, “Lo que haces no está bien. Seguramente desfallecerás, tanto tú como este pueblo que está contigo, porque esto es demasiado pesado para ti. Tú no puedes hacerlo solo. Escucha ahora mi voz. Te daré consejo, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo hacia Dios para que puedas traer los asuntos a Dios. Y les enseñarás ordenanzas y leyes, y les harás saber el camino por el cual deben andar, y el trabajo que deben hacer. Y deberás escoger de entre todo el pueblo hombres capaces… [Miren cuáles son las calificaciones para un juez]:…temerosos de Dios, hombres de verdad, que odien la codicia. Y ponlos sobre el pueblo para ser líderes de millares, y líderes de centenas, y líderes de cincuenta, y líderes de diez. Y déjalos que juzguen por el pueblo en todo tiempo…’” (Versos 17-22).
Este fue un consejo muy sabio, y así fue como lo hizo Moisés. Este método funciona bien mientras los jueces hagan el bien y mientras el pueblo haga el bien; pero si no lo hacen… entonces todo el sistema se colapsa. Eso es lo que estamos viendo ahora con tanta ilegalidad.
“‘…Y sucederá, que todo asunto importante lo traerán a ti, pero todo asunto pequeño lo juzgarán ellos. Y así será más fácil para ti, y llevarán ellos la carga contigo. Si haces esto, y así Dios te ordena… [Porque así se le ordeno Dios]…entonces serás capaz de resistir, y todo este pueblo también irá a su lugar en paz’” (versos 22-23). Moisés escuchó y eligió a los jueces; y vamos a ver cómo Dios aprobó esto.
Éxodo 21:22: “Si hombres luchan y golpean a una mujer embarazada, así que hay un aborto involuntario, y ningún daño sigue, él será infaliblemente castigado, de acuerdo a como el esposo de la mujer le imponga. Y pagará como determinen los jueces.” Todo lo que viene en Éxodo 21-24 tiene que ver con los juicios y estatutos de Dios—donde Él deja en claro las acciones y medidas que se tenían que tomar. Después los jueces determinaban el castigo en base a esto.
Aquí también vemos que hay una estructura de jueces, quienes debían tener el entendimiento correcto. Quiero que noten lo que Dios dice, porque Él estableció todo esto por amor a Israel. Después vamos a ver cómo esto afecta a los jueces.
Recuerden que los juicios justos sólo pueden hacerse en base a la Palabra de Dios y a la Verdad de Dios. Si se tienen jueces justos que no son imparciales ni hipócritas, que no aceptan sobornos, etc., entonces se van a emitir juicios justos. Pero si el juez es corrupto y el pueblo es corrupto… entonces, tarde o temprano va a imperar la ilegalidad.
Deuteronomio 7:6: “Porque ustedes son un pueblo Santo para el SEÑOR su Dios. El SEÑOR su Dios los ha escogido para ser un pueblo especial para Él mismo por encima de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.” Piensen en esto en relación a la Iglesia… y al hecho de que somos muy pocos en realidad. Es un privilegio y una bendición maravillosa poder tener acceso a Dios el Padre y Jesucristo para:
· Conocer la Palabra de Dios
· Conocer la Ley de Dios
· Ser enseñados y poder calificar a través de la enseñanza del Padre—por medio de Su Espíritu y de Su Palabra en nuestra vidas
· Poder ser resucitados en la primera resurrección y reinar como reyes y sacerdotes
¡Eso es algo fantástico hermanos! Vamos a ayudar a llevar a cabo el gobierno de Dios en la tierra, al igual que Sus enseñanzas espirituales. Vamos a participar en traer a millones de personas al Reino de Dios—y todo va a estar basado en el ¡juicio justo!
Verso 7: “El SEÑOR no colocó Su amor sobre ustedes ni los escogió porque fueran más en número que cualquier pueblo, porque ustedes eran los más pocos de todos los pueblos. Sino porque el SEÑOR los amó y porque guardaría el juramento que había jurado a sus padres, el SEÑOR los ha sacado con una mano poderosa y redimido fuera de la casa de esclavitud de la mano de Faraón rey de Egipto. Por tanto, sepan que el SEÑOR su Dios, Él es Dios, el Dios fiel Quien guarda el pacto y misericordia con aquellos que Lo aman y guardan Sus mandamientos, hasta mil generaciones” (versos 7-9). Eso es más que todas las generaciones que han existido desde Adán hasta el retorno de Cristo. ¡Esa es una promesa!
El verso 10 también deja en claro que Dios se encarga de los transgresores: “Y Él repaga a aquellos quienes Lo odian a su cara, para destruirlos. Él no será lento para repagar a quien lo odia. Él le pagará a su cara.” ¡Esas son leyes automáticas en movimiento! Y Dios se encarga de ejercerlas. ¡Ese es Su juicio!
Verso 11: “Ustedes por tanto guardarán los mandamientos y los estatutos y los juicios los cuales les mando hoy para hacerlos.” Miren las bendiciones que van a venir. Cuando nosotros traigamos el juicio de Dios a las personas durante el Milenio, vamos a traerles:
· Paz
· Amor
· Cooperación
· Entendimiento
· Verdad
Verso 12: “Y sucederá… [Porque va a pasar]…si ustedes escuchan estos juicios para guardarlos y practicarlos, entonces el SEÑOR su Dios guardará con ustedes el pacto y la misericordia la cual juró a sus padres. Y los amará y bendecirá y multiplicará. Él también bendecirá el fruto de su vientre, y el fruto de su tierra, su grano, y su vino, y su aceite, el incremento de su ganado y los rebaños de sus ovejas, en la tierra la cual juró a sus padres darles. Serán bendecidos sobre todo pueblo…” (Versos 12-14). Y eso aplica para nosotros ahora.
¿Acaso el estar en la primera resurrección, no es una bendición más grande que lo que van a tener todas las personas en el mundo? ¡Sí, efectivamente! ¡Es tremendo! ¡Es algo realmente fantástico!
¿No es interesante que tengamos los mandamientos justos, las leyes justas, y los estatutos justos de un Dios perfecto? Todos estos van a traer paz—y así es como va a reinar la paz durante el Milenio cuando se establezca el Reino de Dios. Es por eso que debemos desarrollar el carácter, el amor, y todo lo demás que necesitamos para cuando llegue la resurrección. Cuando llegue ese momento, todo lo que hemos aprendido será magnificado con una mente y un cuerpo espirituales.
En Deuteronomio 1:16, Moisés reitera lo que vimos en Éxodo 18: “Le ordené a sus jueces en ese momento diciendo, ‘Oigan las causas entre sus hermanos, y juzguen justamente entre un hombre y su hermano, y el extraño con él. No harán acepción de personas en juicio…’” (Versos 16-17). Y ¿Qué dice esto de Dios? ¡Que Él no hace acepción de personas!
“‘…Oirán al pequeño como también al grande. No tendrán miedo de la cara del hombre, porque el juicio es de Dios…’” (Versos 16-17).
Si el juicio está basado en:
· La Palabra de Dios
· La Verdad de Dios
· Los estatutos de Dios
· Los juicios de Dios
…entonces es el juicio de Dios.
Ahora, aunque Él sí ha declarado por anticipado lo que debe hacerse en algunos casos… vamos a ver lo que debe hacerse en los casos donde no se especifica.
“‘…Y la causa que sea demasiado dura para ustedes, tráiganla a mí, y yo la oiré.’ Y les ordené en ese momento todas las cosas que deberían hacer” (versos 17-18).
Entonces, veamos hasta qué momento el caso llega ante sacerdote y el juez superior—porque esto es muy parecido a la Suprema Corte que tenemos ahora.
Deuteronomio 17:6: “De la boca de dos testigos o tres testigos…” Y ¿Dónde escuchamos eso en el Nuevo Testamento? ¡En Mateo 18!
“…el que es digno de muerte será condenado a muerte. De la boca de un testigo él no será condenado a muerte” (verso 6). Todo esto se hacía para que no hubiera hipocresía entre los testigos, y así es como se llevaba a cabo la ejecución:
Verso 7: “Las manos de los testigos serán las primeras sobre él para condenarlo a muerte, y después las manos de todo el pueblo. Así pondrán el mal lejos de entre ustedes. Si un asunto es demasiado difícil para ustedes en juicio, entre sangre y sangre, entre alegato y alegato, y entre golpe y golpe, siendo materia de contienda entre sus puertas, entonces se levantarán y subirán al lugar el cual el SEÑOR su Dios escogerá. Y vendrán a los sacerdotes, los Levitas y a los jueces que estarán en esos días… [Porque en ese entonces tenían a los tres] …y preguntarán. Y ellos les declararán la sentencia de juicio… [Al igual que en la Suprema Corte]…Y harán de acuerdo a la sentencia que ellos les declaren desde ese lugar el cual el SEÑOR escogerá. Y serán cuidadosos de hacer de acuerdo a todo lo que ellos les digan” (versos 7-10). La ley de la tierra. ¡Ahí está!
Verso 11: “De acuerdo a la sentencia de la ley la cual les enseñarán y de acuerdo al juicio el cual les dirán, ustedes harán…” Apliquemos esto a nosotros, porque eso es lo que vamos a hacer durante todo el Milenio. Vamos a ser los oficiales en el Reino de Dios… así como los jueces, los sacerdotes, y los gobernantes bajo el Rey Jesucristo. Es asombroso lo que estas funciones desempeñan.
“…No se desviarán de la sentencia la cual ellos les mostrarán, a la mano derecha o a la izquierda” (verso 11). Ahora, miren lo que pasa cuando esto no se ejecuta:
Verso 12: “Y el hombre que actúe presuntuosamente… [O sea el inicuo]…y no oiga al sacerdote que se para para ministrar allá delante del SEÑOR Su Dios, o al juez, incluso ese hombre morirá. Y pondrán el mal lejos de Israel. Y todo el pueblo oirá y temerá, y no harán más presuntuosamente” (versos 12-13). Esto traería justicia y verdad—y por supuesto, en caso de haber arrepentimiento—también traería misericordia, bondad, y perdón. Ese era todo un sistema que habían implementado.
Ahora, ya leímos lo que sucedió con ese sistema cuando los escribas y fariseos se volvieron hipócritas, y comenzaron a hacer juicios incorrectos. Ellos no hacían las cosas correctamente.
Veamos algunos versos difíciles de entender por la traducción de la Versión Reina Valera, porque ellos no entendían lo que esto significaba. Esto nos va a sacar de dudas porque cuando las personas venían ante los jueces—los escribas y fariseos—y éstos emitían un juicio de la Ley… entonces ese era el juicio de Dios; ellos debían obedecerlo. Pero si ellos daban un juicio que no era de la Ley de Dios, sino de sus propias tradiciones y de sus propias obras, entonces no estaban obligados a seguirlos.
Mateo 23:1: “Entonces Jesús habló a las multitudes y a Sus discípulos, diciendo, “Los escribas y los fariseos se han sentado en la silla de Moisés como jueces’” (versos 1-2). La silla de Moisés era donde un juicio se hacía oficial; pero sentarse en esa silla significaba que todo debía estar basado en la Ley de Dios.
Verso 3: “Por tanto, cada juicio… [Basado en la ley de Moisés]… que ellos les digan observar, observen y hagan. Pero no hagan de acuerdo a sus obras… [O sus tradiciones]…porque ellos dicen y no hacen.” ¡Ahí está! Cada vez que se emitía algo en base a la Palabra de Dios, las personas estaban obligadas a hacerlo; pero no debían seguir las tradiciones, porque ellos ponían cargas pesadas y difíciles de llevar sobre el pueblo.
Vamos a ver que cuando los escribas y fariseos hacían juicios incorrectos, ellos pecaban contra Dios y se oponían a las mismas leyes que Él les había dado.
Deuteronomio 16:18: “Nombrarán jueces y oficiales para sí mismos en todas sus puertas las cuales el SEÑOR su Dios les da, tribu por tribu. Y ellos juzgarán a la gente con juicio justo. No pervertirán el juicio; no harán acepción de personas, ni tomarán soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo. Seguirán eso que es completamente justo para que puedan vivir y heredar la tierra la cual el SEÑOR su Dios les da” (versos 18-20).
Veamos algo más acerca de esto, que tiene que ver con el acto de juzgar. Este es el motivo por el cual debemos desarrollar el carácter ahora… Y aprender a:
· Amarnos unos a otros
· Vivir unos con nosotros
· Resolver nuestros problemas
· Hacer juicios y decisiones en nuestras vidas
· Hacer juicios y decisiones en la Iglesia
¡Y todo conforme la Palabra de Dios! Si hacemos eso, vamos a tener paz.
Levítico 19:15: “No harán injusticia en juicio. No respetarán la persona del pobre, ni honrarán la persona del poderoso, sino juzgarán a su prójimo en justicia.” Eso es lo que Dios quiere.
Ahora veamos cómo el juicio verdadero viene de Dios. Dios le dijo a Samuel que fuera a la casa de Isaí, y seleccionara a uno de sus hijos para que fuera el rey en reemplazo de Saúl. Veamos algo muy importante acerca del juicio porque Dios estaba ahí—hablando con él espiritualmente. Nadie podía verlo, pero Dios estaba guiando a Samuel. Samuel fue a Belén, que era la aldea de David, y Dios le dijo:
I Samuel 16:3: ‘…llama a Isaí al sacrificio, y Yo te mostraré lo que has de hacer. Y ungirás para Mí a quien sea que Yo te nombre.’ Y Samuel hizo lo que el SEÑOR dijo y vino a Belén. Y los ancianos de la ciudad temblaron a su venida y dijeron, ‘¿Vienes en paz?’ Y él dijo, ‘En paz. He venido a sacrificarle al SEÑOR. Santifíquense ustedes mismos y vengan conmigo al sacrificio.’ Y él santificó a Isaí y a sus hijos, y los llamó al sacrificio. Y sucedió que mientras ellos entraban, él vio a Eliab… [Uno de los hijos de Isaí]…y dijo, ‘Ciertamente el ungido del SEÑOR está delante del SEÑOR’” (versos 3-6). No debemos juzgar por lo que ven nuestros ojos si no es correcto.
Comentario: ¿Recuerdan lo que sucedió en Ferguson?: ‘¡Manos arriba! ¡No disparen!’ ¡Mentiras! Todos juzgaron según la vista de sus ojos, y se involucraron emocionalmente. ¡Ese fue un juicio totalmente falso! Y aquí también pasan cosas similares.
Verso 7: “Pero el SEÑOR dijo a Samuel, ‘No mires su cara, ni su altura porque lo he rechazado, porque el SEÑOR no ve como el hombre ve…’” ¡Y por eso necesitamos las leyes de Dios! En este caso, para establecer a un rey. Dios conocía los corazones de todos los que estaban ahí… ¡Pero Samuel no! Él necesitaba la intervención directa de Dios— para guiarlo y para decirle quien sería rey.
“‘…porque el hombre mira la apariencia externa, pero el SEÑOR mira el corazón.’ E Isaí llamó a Abinadab, y lo pasó delante de Samuel, pero él dijo, ‘También el SEÑOR no ha elegido a este.’ E Isaí pasó a Sama, pero él dijo, ‘También el SEÑOR no ha elegido a este.’ E Isaí pasó a siete de sus hijos delante de Samuel, pero Samuel dijo a Isaí, ‘El Señor no ha elegido a éstos.’ Y Samuel dijo a Isaí, ‘¿Están todos tus hijos aquí?’ Y él dijo, ‘Todavía queda el menor, y he aquí, él guarda a las ovejas.’ Y Samuel dijo a Isaí ‘Envía y tráelo, porque no nos sentaremos hasta que él venga aquí.’ Y envió y lo trajo. Y él era rojizo con hermoso semblante y buena forma. Y el SEÑOR dijo, ‘Levántate, úngelo, porque éste es él.’ Y Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió…” (Versos 7-13). Este era el futuro rey.
Algo muy importante que tenemos que entender es: Que tenemos que ver las cosas a través del lente de la Escritura; de la Palabra de Dios. Y si aun así no lo podemos descifrar, entonces tenemos que orar al respecto. Lo primero es orar al respecto—para que el Espíritu de Dios lo guie en el camino correcto— y para que pueda tomar las decisiones correctas. Lo que pasó aquí fue algo increíble.
Juan 8 es un capítulo muy interesante. La primera parte habla sobre una mujer que fue sorprendida en adulterio y traída ante Jesús. Ellos le dijeron que Moisés había dicho que ‘tales personas debían morir.’ ¿Qué dicen ustedes? Muchas personas piensan que esto fue un acto de perdón… ¡Pero no lo fue! Porque: ¿Cómo puede haber adulterio si sólo está presente la mujer? ¿Por qué no trajeron al hombre? ¡Ambos debían venir y ser apedreados!
Los escribas y fariseos ¡sabían esto! Y quisieron tentar a Jesús para que Él hiciera un juicio equivocado. Quizá por eso escribió sobre la arena—porque es posible que haya escrito:
· ¿Quién es el hombre?
· ¿Dónde está él?
· ¿Por qué no lo trajeron?
Jesús les dijo: ‘Aquel que esté sin pecado, arroje la primera piedra.’ Y después decir esto ¡Todos se fueron! ¡Todos fueron condenados! Ellos sabían que no podían hacerlo porque no tenían al hombre.
Así que una vez que quedaron sólo Jesús y la mujer, Él le dice en Juan 8:10: “…‘¿Alguien te condenó? Y ella dijo, ‘Nadie, Señor.’ Y Jesús le dijo, ‘Tampoco Yo te condeno. Ve, y no peques más’” (versos 10-11). Jesús la dejó ir del juicio—de un juicio justo—porque ellos no trajeron al hombre. Él la dejó ir.
Ahora, a todo esto agréguenle: ¿Cuántos testigos eran necesarios? ¡Por lo menos dos o tres! Pero todos se fueron; ¡Nadie estuvo ahí!
En el verso 15, Jesús les dice a los escribas y fariseos: “Ustedes juzgan según la carne; Yo no juzgo a nadie… [Según la carne]… Sin embargo, si Yo juzgo, Mi juicio es verdadero porque no estoy solo; sino Yo y el Padre Quien Me envió. Y está escrito en su ley que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy Uno Quien da testimonio de Mí mismo, y el Padre Quien Me envió da testimonio de Mí.” (Versos 15-18).
Después de tener la controversia sobre la circuncisión en el sábado, Jesús dijo en Juan 7:24: “No juzguen de acuerdo a la apariencia, sino juzguen juicio justo.” Eso es lo que Dios quiere que hagamos.
¿Qué sucede cuando usted entra a una iglesia que tiene un grupo político aquí, otro grupo político allá, una jerarquía…? Nosotros ya pasamos por eso; y cuando llegaron los problemas resultó que todos los que estaban en la jerarquía se habían dado excusas para pecar.
¿Cuánto tiempo soportó Dios todo esto? ¡Lo suficiente! ¡Dios lo soportó hasta que tuvo que destruirla!
Así que, Juzguen juicio justo:
· Con amor
· Con verdad
· En el camino correcto
¡Eso es lo que Dios quiere que hagamos! El juicio justo que Dios quiere que ejerzamos debe estar basado en:
· El amor
· El amor a Dios
· El amor por el individuo
· El amor por el prójimo
· El amor por las victimas
· El amor por los infractores
…Sin que eso exima a los infractores de su sentencia— porque eso también es parte del amor de Dios.
Recuerden que: El juicio siempre viene primero, ¡Y después viene la misericordia! Nosotros no podemos recibir misericordia… a menos que ¡ya haya habido un juicio!
En la tercera parte, vamos a repasar los 17 puntos para poder hacer juicios justos.
Escrituras Citadas:
1) Mateo 7:2-3
2) Romanos 3:3-5
3) Mateo 7:4-5
4) Mateo 23:23
5) Lucas 11:39-42
6) Romanos 14:10-13, 15-22
7) Santiago 4:6-12
8) I Corintios 5:1-6
9) I Corintios 6:1-9
10) I Pedro 4:17-18
11) Éxodo 18:17-23
12) Éxodo 21:22
13) Deuteronomio 7:6-14
14) Deuteronomio 1:16-18
15) Deuteronomio 17:6-13
16) Mateo 23:1-3
17) Deuteronomio 16:18-20
18) Levítico 19:15
19) I Samuel 16:3-13
20) Juan 8:10-18
21) Juan 7:24
Escrituras mencionadas, no citadas:
· Mateo 7:1
· I Corintios 11:31
· Números 32:23
· I Juan 5
· Mateo 18
· Éxodo 21-24
También mencionados: Folleto: Juzgando Juicio Justo